El 54% de los conductores españoles circula con una presión incorrecta en los neumáticos de sus vehículos, lo que repercute en la duración de los mismos y, mucho más importante, en la seguridad. Ahora que la mayoría de nosotros haremos viajes largos hacia nuestros destinos de vacaciones, es si cabe más importante.
Cada fabricante de automóviles selecciona, prueba y homologa diferentes neumáticos para cada modelo, siguiendo criterios de peso, rendimiento, tamaño… Los índices de peso y velocidad son dos criterios muy importantes en la selección de neumáticos para determinar la presión que se les debe aplicar.
Las indicaciones sobre la presión que se debe aplicar a tus neumáticos sueles encontrarlos por lo general en el interior de la puerta de acceso al tanque de gasolina, en el marco de la puerta del conductor, en el manual del vehículo y a veces (las menos), en el compartimento del motor. Si no localizas este dato imprescindible en uno de estos lugares, puedes buscar en Internet o preguntar al fabricante, pero casi seguro que en el 99 % de los casos lo encuentras ahí.
Aparecerán dos indicaciones para la presión de sus neumáticos: vehículo muy cargado o en autopista o vehículo con carga normal. En función del vehículo, hay presiones distintas en las ruedas delanteras y traseras.
Los fabricantes recomiendan por regla general que la presión de los neumáticos se verifique en frío. Esto significa que no deberás haber recorrido más de 3 a 5 kilómetros en las dos horas antes de medir la presión. De no ser así, si en medio de un viaje te detienes en un área de servicio y tienes que tomar la presión con los neumáticos aún calientes, tendrías que añadir 0.3 bares a la presión indicada (1 bar = alrededor de 1kg/cm2). Eso sí, nunca está de más volver a controlar la presión cuando los neumáticos estén fríos. Y ten esto muy en cuenta: en caliente, no reduzcas nunca la presión por debajo de la recomendada.
Si llevas neumático poco inflado, aunque sea levemente, es más fácil que se caliente y puede reventar en cualquier momento. Además, se acelerará el desgaste de la banda de rodamiento en los costados y aumentará el consumo de gasolina. Pero llevarlos demasiado hinchados tampoco ayuda: la banda de rodamiento de un neumático sobreinflado se desgastará mucho más rápido en el centro y será más vulnerable si circula por una mala calzada. Así que ya sabes, coge el manómetro (es el aparato con el que medir la presión, que puedes localizar en cualquier gasolinera), y ajusta adecuadamente la presión de los neumáticos.
Antes de acabar, te damos algunos otros consejos relacionados con tus neumáticos:
- Verifica la presión de sus neumáticos una vez por mes, más o menos, sobre todo en caso de que hubiese un cambio brusco de temperatura.
- Los tapones de las válvulas son imprescindibles para asegurar una buena estanqueidad. No seas tacaño (cuestan unos céntimos de euro) y procura cambiarlos cuando montes neumáticos nuevos.
- Infla la rueda de auxilio al máximo, dentro del límite autorizado. Siempre se producirán pérdidas de aire y así evitamos que esté demasiado desinflada.
- Si en tu viaje llevas caravanas o remolques, aumenta la presión de los neumáticos traseros del coche hasta 0,4 bar (en frío) con respecto a la presión “uso corriente”. Si la presión “trasera otros usos” ya es superior en 0,4 bar, usa esa presión, que es la adecuada.
- Para los neumáticos de la caravana o el remolque, si no dispones de los consejos de presión que debería aportar el constructor de la caravana o remolque, infla a 3 bar en frío.